News Release:
Friday, June 24, 2022
Espanol Abajo
SEATTLE - The Supreme Court issued a shameful ruling today overturning Roe v. Wade and Planned Parenthood v. Casey — landmark decisions recognizing the constitutional right to abortion. Today’s ruling will force countless people, disproportionately people of color, those with fewer resources, young people and undocumented immigrants, to remain pregnant and have children against their will or travel across state lines to obtain abortion care. The ruling in this case, Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization, will set off a chain reaction with states banning abortion and criminalizing essential care throughout entire regions of the country.
In Washington state, abortion remains legal today and for the foreseeable future, reflecting the will of Washington voters who passed the Reproductive Privacy Act in 1991 and due to the tireless work of providers, advocates and activists in the community, and lawmakers who work to expand access to abortion.
The Supreme Court’s decision is an unprecedented attack on people who can become pregnant, and the effects will be immediate and far-reaching. Half the states in the country are expected to ban abortion, denying the 36 million women and other people who can become pregnant in those states the fundamental right to access abortion care. Forced pregnancy has life-altering consequences, including increased serious health risks from continued pregnancy and childbirth, difficulty in providing for oneself and one’s family, barriers to education and career plans, and difficulty leaving an abusive partner. This decision could also lead to pregnancy losses being subject to suspicion, investigation, and arrest, and patients and doctors being thrown in jail.
Anti-abortion politicians have made it clear that they will not stop with Roe’s reversal and banning abortion state by state; extremists have made it clear that they will work to ban abortion nationwide. In the face of this unprecedented attack on the bodily autonomy of people who can become pregnant, the ACLU of Washington is working with allies and activists in the community to send a clear message to lawmakers that everything must be done to protect and expand access to abortion in Washington state to ensure all our residents and those who travel here have access to the health care they need.
In response to the ruling, Michele Storms, executive director of the American Civil Liberties Union of Washington, issued the following statement:
In Washington state, advocates and lawmakers have taken proactive steps to safeguard abortion access for people who need care. But much more work must be done to secure access to abortion care in Washington for everyone who will need it. We must pass legislation to protect and expand access, like the Keep Our Care Act, which will assure that access to medical services will not be diminished by health system mergers. We must protect patients and providers and assure the infrastructure needed to provide abortion care is equitably and adequately funded across the state.
Banning abortion will have an immediate and devastating impact on women and people who become pregnant, taking from them a right that has been central to their ability to plan their lives, families, and careers. But the burdens will disproportionately fall on people of color, those struggling to make ends meet, young people, rural residents, immigrants, and LGBTQ+ communities. Today’s ruling will also have deadly consequences, with the harm falling hardest on Black women and other people of color who already face a severe maternal mortality crisis that is the worst in the same states that are determined to ban abortion. In fact, Black women are three times more likely than white women to die during childbirth, or shortly after. If abortion is banned nationwide, pregnancy-related deaths are estimated to increase by 21 percent nationwide, and 33 percent among Black women.
Abortion cannot truly be accessible unless everyone — in every corner of our country — is able to get the care they need in their own communities. The ACLU of Washington is dedicated to making that vision a reality by working with our allies and community partners, and thousands of supporters across the state to make our voices heard in the streets, online, and at the ballot box until every person has the freedom to access the care they need without obstacles, shame, stigma, or harassment.
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El Tribunal Supremo emite una decisión devastadora en el que revoca Roe vs. Wade
El aborto sigue siendo legal en el estado de Washington
SEATTLE - El Tribunal Supremo emitió un fallo vergonzoso el día de hoy en el cual revoca Roe vs. Wade y Planned Parenthood vs. Casey — fallos históricos que reconocieron el derecho constitucional al aborto. El fallo de hoy obligará a un sinnúmero de personas a continuar embarazadas y tener hijos en contra de su voluntad o a tener que viajar a otros estados para poder obtener servicios de aborto. Es un fallo que afectará de manera desproporcionada a gente de color, a personas de menos recursos, a jóvenes y a inmigrantes indocumentados. El fallo en este caso, Dobbs vs. la Organización para la Salud de la Mujer de Jackson, dará origen a una reacción en cadena en la cual diferentes estados del país prohibirán el aborto y criminalizarán la atención médica esencial en regiones enteras de la nación.
En el estado de Washington, actualmente y en el futuro cercano, el aborto sigue siendo legal. Esto refleja la voluntad de los electores de Washington, quienes aprobaron la Ley de Privacidad Reproductiva en 1991. También es el resultado del esfuerzo incesante de proveedores, defensores y activistas comunitarios, y legisladores que se esfuerzan en expandir el acceso al aborto.
La decisión del Tribunal Supremo es un ataque sin precedentes en contra de las personas gestantes y sus efectos son inmediatos y extensos. Se espera que la mitad de los estados del país prohíban el aborto, negándole así a 36 millones de mujeres y otras personas gestantes en esos estados el derecho fundamental a acceder a servicios de aborto. El embarazo forzoso genera enormes consecuencias en la vida de las personas. Entre ellas se encuentran el aumento de graves riesgos para la salud por continuar con un embarazo y dar a luz, dificultades para cubrir sus necesidades y las de sus familias, barreras para acceder a la educación y lograr planes profesionales, y dificultad para abandonar a una pareja abusiva. Este fallo también puede conllevar a que las pérdidas de embarazo sean objeto de sospechas, investigaciones y arrestos, y que pacientes y doctores terminen en la cárcel./p>
Los políticos antiaborto han manifestado claramente que no van a detenerse simplemente con la revocación de Roe y con la prohibición de abortos estado por estado; los extremistas han sido muy claros en que se seguirán esforzando en lograr la prohibición del aborto a nivel nacional. Durante este ataque sin precedente en contra de la autonomía corporal de las personas gestantes, la ACLU de Washington está trabajando mano a mano con aliados y activistas en la comunidad para enviar un mensaje claro a los legisladores: se debe hacer todo lo posible para proteger y expandir el acceso al aborto en el estado de Washington y asegurar que todos nuestros residentes y aquellas personas que viajen hasta aquí tengan acceso a la asistencia médica que necesitan.
En respuesta al fallo, Michele Storms, directora ejecutiva de la Unión Americana de Libertades Civiles de Washington, emitió la siguiente declaración:
En el estado de Washington, defensores y legisladores han tomado medidas proactivas para proteger el acceso al aborto para las personas que necesitan atención. Sin embargo, aún queda mucho trabajo por delante para asegurar el acceso al aborto en Washington para todas las personas que lo necesitan. Debemos aprobar leyes que protejan y expandan el acceso, tales como la ley Keep Our Care, que asegurará que el acceso a servicios médicos no disminuya por consolidaciones en el sistema de salud. Debemos proteger a pacientes y proveedores y asegurar el suministro de fondos adecuados y equitativos a la infraestructura necesaria para proporcionar servicios de aborto a lo largo y ancho del Estado.
La prohibición del aborto afectará de manera inmediata y devastadora a las mujeres y las personas gestantes, privándolas de un derecho que hasta ahora les ha permitido planificar sus vidas, familias y carreras. No obstante, estas cargas recaerán de manera desproporcionada sobre la gente de color, aquellas que luchan por subsistir, jóvenes, habitantes de zonas rurales, inmigrantes y comunidades LGBTQ+. El fallo de hoy también generará consecuencias mortíferas que afectarán en mayor grado a las mujeres negras y a otras personas de color. Estas personas de por sí ya enfrentan una seria crisis de mortalidad materna, y esta es más grave en los mismos estados que han resuelto prohibir el aborto. De hecho, las mujeres negras son tres veces más propensas que las mujeres blancas a morir durante o después del parto. Si se prohíbe el aborto a nivel nacional, se estima que las muertes relacionadas con el embarazo aumentarán en un 21 por ciento a nivel nacional y un 33 por ciento en las mujeres negras.
El aborto no será verdaderamente accesible a menos que todas las personas, en cada rincón de nuestro país, puedan obtener la atención que necesitan en sus propias comunidades. La ACLU de Washington está dedicada hacer de esta visión una realidad y por eso trabajamos con nuestros aliados y colaboradores en la comunidad, y miles de personas que nos apoyan en todo el estado para que nuestras voces se escuchen en las calles, en línea, y en las urnas electorales hasta que todas las personas tengan la libertad de acceder a los cuidados que necesitan sin obstáculos, vergüenza, estigma u hostigamiento.
SEATTLE - The Supreme Court issued a shameful ruling today overturning Roe v. Wade and Planned Parenthood v. Casey — landmark decisions recognizing the constitutional right to abortion. Today’s ruling will force countless people, disproportionately people of color, those with fewer resources, young people and undocumented immigrants, to remain pregnant and have children against their will or travel across state lines to obtain abortion care. The ruling in this case, Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization, will set off a chain reaction with states banning abortion and criminalizing essential care throughout entire regions of the country.
In Washington state, abortion remains legal today and for the foreseeable future, reflecting the will of Washington voters who passed the Reproductive Privacy Act in 1991 and due to the tireless work of providers, advocates and activists in the community, and lawmakers who work to expand access to abortion.
The Supreme Court’s decision is an unprecedented attack on people who can become pregnant, and the effects will be immediate and far-reaching. Half the states in the country are expected to ban abortion, denying the 36 million women and other people who can become pregnant in those states the fundamental right to access abortion care. Forced pregnancy has life-altering consequences, including increased serious health risks from continued pregnancy and childbirth, difficulty in providing for oneself and one’s family, barriers to education and career plans, and difficulty leaving an abusive partner. This decision could also lead to pregnancy losses being subject to suspicion, investigation, and arrest, and patients and doctors being thrown in jail.
Anti-abortion politicians have made it clear that they will not stop with Roe’s reversal and banning abortion state by state; extremists have made it clear that they will work to ban abortion nationwide. In the face of this unprecedented attack on the bodily autonomy of people who can become pregnant, the ACLU of Washington is working with allies and activists in the community to send a clear message to lawmakers that everything must be done to protect and expand access to abortion in Washington state to ensure all our residents and those who travel here have access to the health care they need.
In response to the ruling, Michele Storms, executive director of the American Civil Liberties Union of Washington, issued the following statement:
“While abortion remains legal in Washington, millions of people – particularly people of color, those with fewer economic resources, young people and undocumented immigrants – will feel the devastating impact of the Court’s opinion. There will be those who are forced to travel to states like Washington for care. And there will be those who cannot travel who will pay an even heavier price.
This opinion stands in stark contrast to the will of Washingtonians, who voted to uphold the right to abortion in 1970 and again in 1991. As a state where abortion will remain legal, we must be a beacon of liberty. That requires passing legislation to protect access to abortion, funding abortion care and protecting abortion patients and providers.
We must unite to protect liberty and autonomy by ensuring abortion access for Washington residents and for those who come here seeking health care and we must continue to fight tirelessly alongside activists and allies to stop attempts to ban abortion nationwide.
Together, we must also secure all the rights and liberties endangered by this ruling. Make no mistake: Politicians won’t stop here. The same anti-abortion extremists seeking to control the bodies of pregnant people are coming for the right to access birth control and gender-affirming care, marry who we love, and vote. None of our rights or liberties are secure in the face of a Supreme Court that would reverse Roe.”
In Washington state, advocates and lawmakers have taken proactive steps to safeguard abortion access for people who need care. But much more work must be done to secure access to abortion care in Washington for everyone who will need it. We must pass legislation to protect and expand access, like the Keep Our Care Act, which will assure that access to medical services will not be diminished by health system mergers. We must protect patients and providers and assure the infrastructure needed to provide abortion care is equitably and adequately funded across the state.
Banning abortion will have an immediate and devastating impact on women and people who become pregnant, taking from them a right that has been central to their ability to plan their lives, families, and careers. But the burdens will disproportionately fall on people of color, those struggling to make ends meet, young people, rural residents, immigrants, and LGBTQ+ communities. Today’s ruling will also have deadly consequences, with the harm falling hardest on Black women and other people of color who already face a severe maternal mortality crisis that is the worst in the same states that are determined to ban abortion. In fact, Black women are three times more likely than white women to die during childbirth, or shortly after. If abortion is banned nationwide, pregnancy-related deaths are estimated to increase by 21 percent nationwide, and 33 percent among Black women.
Abortion cannot truly be accessible unless everyone — in every corner of our country — is able to get the care they need in their own communities. The ACLU of Washington is dedicated to making that vision a reality by working with our allies and community partners, and thousands of supporters across the state to make our voices heard in the streets, online, and at the ballot box until every person has the freedom to access the care they need without obstacles, shame, stigma, or harassment.
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El Tribunal Supremo emite una decisión devastadora en el que revoca Roe vs. Wade
El aborto sigue siendo legal en el estado de Washington
SEATTLE - El Tribunal Supremo emitió un fallo vergonzoso el día de hoy en el cual revoca Roe vs. Wade y Planned Parenthood vs. Casey — fallos históricos que reconocieron el derecho constitucional al aborto. El fallo de hoy obligará a un sinnúmero de personas a continuar embarazadas y tener hijos en contra de su voluntad o a tener que viajar a otros estados para poder obtener servicios de aborto. Es un fallo que afectará de manera desproporcionada a gente de color, a personas de menos recursos, a jóvenes y a inmigrantes indocumentados. El fallo en este caso, Dobbs vs. la Organización para la Salud de la Mujer de Jackson, dará origen a una reacción en cadena en la cual diferentes estados del país prohibirán el aborto y criminalizarán la atención médica esencial en regiones enteras de la nación.
En el estado de Washington, actualmente y en el futuro cercano, el aborto sigue siendo legal. Esto refleja la voluntad de los electores de Washington, quienes aprobaron la Ley de Privacidad Reproductiva en 1991. También es el resultado del esfuerzo incesante de proveedores, defensores y activistas comunitarios, y legisladores que se esfuerzan en expandir el acceso al aborto.
La decisión del Tribunal Supremo es un ataque sin precedentes en contra de las personas gestantes y sus efectos son inmediatos y extensos. Se espera que la mitad de los estados del país prohíban el aborto, negándole así a 36 millones de mujeres y otras personas gestantes en esos estados el derecho fundamental a acceder a servicios de aborto. El embarazo forzoso genera enormes consecuencias en la vida de las personas. Entre ellas se encuentran el aumento de graves riesgos para la salud por continuar con un embarazo y dar a luz, dificultades para cubrir sus necesidades y las de sus familias, barreras para acceder a la educación y lograr planes profesionales, y dificultad para abandonar a una pareja abusiva. Este fallo también puede conllevar a que las pérdidas de embarazo sean objeto de sospechas, investigaciones y arrestos, y que pacientes y doctores terminen en la cárcel./p>
Los políticos antiaborto han manifestado claramente que no van a detenerse simplemente con la revocación de Roe y con la prohibición de abortos estado por estado; los extremistas han sido muy claros en que se seguirán esforzando en lograr la prohibición del aborto a nivel nacional. Durante este ataque sin precedente en contra de la autonomía corporal de las personas gestantes, la ACLU de Washington está trabajando mano a mano con aliados y activistas en la comunidad para enviar un mensaje claro a los legisladores: se debe hacer todo lo posible para proteger y expandir el acceso al aborto en el estado de Washington y asegurar que todos nuestros residentes y aquellas personas que viajen hasta aquí tengan acceso a la asistencia médica que necesitan.
En respuesta al fallo, Michele Storms, directora ejecutiva de la Unión Americana de Libertades Civiles de Washington, emitió la siguiente declaración:
“A pesar de que el aborto sigue siendo legal en Washington, millones de personas – en particular personas de color, aquellas de pocos recursos económicos, jóvenes e inmigrantes indocumentados – sentirán el impacto devastador el dictamen del Tribunal. Habrá personas que se verán forzadas a viajar a otros estados como Washington para obtener servicios. También habrá personas que no podrán viajar y terminarán pagando un precio aún más alto.
Este fallo representa un absoluto contraste con la voluntad del electorado de Washington, el cual votó a favor de afirmar el derecho al aborto en 1970 y también en 1991. Ya que somos un estado en donde el aborto seguirá siendo legal, debemos ser un modelo de libertad. Esto requiere la aprobación de leyes que protejan el acceso al aborto, el suministro de fondos para servicios de aborto y protección a pacientes y a proveedores de este tipo de servicios.
Debemos unirnos para proteger la libertad y la autonomía asegurando el acceso al aborto para las personas que residen en Washington y para las que vienen a nuestro estado en búsqueda de atención médica, y debemos continuar luchando incansablemente junto a activistas y aliados para detener los intentos de prohibir el aborto a nivel nacional.
Juntos también debemos proteger todos los derechos y libertades que este fallo pone en peligro. No se equivoquen: los políticos no se conformarán con solo lograr esto. Los mismos extremistas antiaborto que pretenden controlar los cuerpos de las personas embarazadas buscan también acabar con el derecho al acceso a anticonceptivos y a cuidados de afirmación de género, el derecho a casarnos con la persona que amamos y el derecho al voto. Ninguno de nuestros derechos o libertades están a salvo ante un Tribunal Supremo que está dispuesto a revocar Roe”.
En el estado de Washington, defensores y legisladores han tomado medidas proactivas para proteger el acceso al aborto para las personas que necesitan atención. Sin embargo, aún queda mucho trabajo por delante para asegurar el acceso al aborto en Washington para todas las personas que lo necesitan. Debemos aprobar leyes que protejan y expandan el acceso, tales como la ley Keep Our Care, que asegurará que el acceso a servicios médicos no disminuya por consolidaciones en el sistema de salud. Debemos proteger a pacientes y proveedores y asegurar el suministro de fondos adecuados y equitativos a la infraestructura necesaria para proporcionar servicios de aborto a lo largo y ancho del Estado.
La prohibición del aborto afectará de manera inmediata y devastadora a las mujeres y las personas gestantes, privándolas de un derecho que hasta ahora les ha permitido planificar sus vidas, familias y carreras. No obstante, estas cargas recaerán de manera desproporcionada sobre la gente de color, aquellas que luchan por subsistir, jóvenes, habitantes de zonas rurales, inmigrantes y comunidades LGBTQ+. El fallo de hoy también generará consecuencias mortíferas que afectarán en mayor grado a las mujeres negras y a otras personas de color. Estas personas de por sí ya enfrentan una seria crisis de mortalidad materna, y esta es más grave en los mismos estados que han resuelto prohibir el aborto. De hecho, las mujeres negras son tres veces más propensas que las mujeres blancas a morir durante o después del parto. Si se prohíbe el aborto a nivel nacional, se estima que las muertes relacionadas con el embarazo aumentarán en un 21 por ciento a nivel nacional y un 33 por ciento en las mujeres negras.
El aborto no será verdaderamente accesible a menos que todas las personas, en cada rincón de nuestro país, puedan obtener la atención que necesitan en sus propias comunidades. La ACLU de Washington está dedicada hacer de esta visión una realidad y por eso trabajamos con nuestros aliados y colaboradores en la comunidad, y miles de personas que nos apoyan en todo el estado para que nuestras voces se escuchen en las calles, en línea, y en las urnas electorales hasta que todas las personas tengan la libertad de acceder a los cuidados que necesitan sin obstáculos, vergüenza, estigma u hostigamiento.
